viernes, 13 de agosto de 2010

En la mira



El mundo me deprime, pero te encontré. Quiero arrugarme contigo. Haces que toda la mierda de seres humanos no signifiquen nada si estoy a tu lado. Es como estar en bonanza y oler Chanel N°5. Sabes manejarme y quererme. Quieres soportarme y ayudarme. Siento que el mundo es una larga fila de hipócritas sentados en un estrado para criticar a los que desfilan, cuando ellos son incapaces de pararse. Ya la gran mayoría no sabe ser artificial (lo que acabo de decir puede ser –para los que entendieron realmente- un gran tema de reflexión). Ahora la gente hace el ridículo y está bien ¿No se dan cuenta que el mundo gira en torno al ridículo? Todos esperan que alguien la cague y si no la caga nadie, pues fácilmente se puede encontrar a un falso culpable. Todo el mundo quiere ser famoso así no tenga talento, es un fenómeno que ya capturó los ojos de los grandes teóricos, hiper-modernidad. La vida fácil deslumbra, el pobre tiene que disfrazarse en este siglo tan “chic” ¿Amar? Es una cursilería dramática que está dejando pendeja hasta a Lupita Ferrer, y por eso preferimos intercambiar fluidos hasta que la lucha contra el sida sea aún más absurda.
Creo que estoy muy despierta ante toda esta cochinada y tú me sedas, igualmente mis glóbulos blancos no me permiten amargarme o suicidarme como una “rebelde” consciente de su entorno. Eres mi día libre, mi fin de semana de 200 horas, mi spa personal y mi confidente. Tenemos lo que todos envidian, lo que somos capaces de matar en un instante. Sólo tú sabrás realmente cuando estoy mal, confío en tu hombro, tú me impulsas y me recuerdas de qué estoy hecha. Hoy me dijiste que me voy a raspar, que lo que quiero me va a arder, que me caeré, que no será fácil, que me levantaré, que sentiré que no podré más y que la lucha duele. Menos mal que tú lo sabes, yo sólo cumplo con ponerme en la mira, soportar y seguir. Si creo en mí y te tengo a mi lado el destino ya está echado. 

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