sábado, 14 de agosto de 2010

En Noviembre hace frío

Bailas muy bien. Vas y vienes, pero nunca te quedas. Mientras yo sigo tu silueta casi hipnotizada por ese ir y venir. Se me hace normal, nunca pido más porque ya no quiero más ¿Acaso dueles o soy yo autoflagelándome con unos recuerdos marchitos? No me gustas. Vas y vienes con tu cabello áspero. No se siente bien. Te acuestas a mi lado, me pides que te abrace, me quieres besar y es como estar en la morgue junto al cadáver de cualquier desconocido. Vas y vienes de nuevo. Dices un te amo impostor, ya no me conoces y te has olvidado de mi corazón. Hueles a cigarro, alcohol y a miseria. Tratas de atacarme y yo me quedo ahí. Pierdo la paciencia y me da asco estar cerca de ti ¿Qué buscas en un lugar donde nada se te ha perdido? Te pido que te vayas, te pido que regreses. Vas y vienes. Regresas con tu número de tercera, otra foto en mi lugar de tu billetera, otra farsa y mientras tanto tu sigues bailando muy bien. Yo me dejo llorar, yo me dejo sentir, sin pena, sin nada ¿Acaso tengo algo que perder? Es bizarro, hasta gore, saber cómo destruyes. Me acuesto a dormir. Al despertar, sigues ahí con tu pose pueril sobre el piso de mi casa. Otro sucio más que barrer, pero te levantas. Finges no recordar nada, pides perdón, te lo concedo. Te metes en mi cama de nuevo, te metes en mi cuello y vas y vienes con tus ruiditos prefabricados que ya nada valen y yo te sigo el juego. Bailo contigo, voy y vengo, te pongo otro apodo, me mojo mis labios con los tuyos y ya me quemas como el hielo seco. Juego con mis dedos en tu pelo y te huelo detestando cada vez más el olor del alcohol, con el aliento de la mañana y un perfume que no te luce para nada. Te veo de cerca, en primerísimo primer plano, hago un detalle. Un mechón de tu cabello y tus ojos vacíos como tu pozo de los deseos que se consume en puro deseo. Sigo allí evitando el mismo desenlace trágico de siempre, el hasta nunca que nunca que se repite, con mi sonrisa que no espera nada y te levantas para irte de nuevo. Vas y vienes, ya ansío que te vayas que camines por esa puerta y que tu silueta ya no venga. Te digo un chao de rutina. Mi táctica es tu táctica fría. Prometo cuidarme, te deseo todo el bien y toda la distancia. De nuevo fui engañada. Cupido me trajo a otro impostor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario